La dote monacal: poder, prestigio y desigualdad” es la nueva muestra expositiva que el Museo del Carmen Alto inaugurará este sábado 23 de agosto a las 11h00. El acceso es libre.

A partir de la Convocatoria Abierta de Beca de Co-creación de Exposiciones Temporales para el Museo del Carmen Alto, y después de un trabajo colaborativo entre el equipo del museo y las proponentes Josefina Vásquez y Gabriela López, la exposición temporal, “La dote monacal: poder, prestigio y desigualdad” invita a explorar la incidencia de la dote en la vida de las mujeres durante el período colonial. A través de su vínculo con el matrimonio o la clausura, la dote se convierte en un reflejo de poder, prestigio y profundas desigualdades. Desde la revisión de documentos de archivo, bienes culturales de la colección del monasterio y testimonios actuales, se revelará cómo estos aportes moldearon trayectorias, jerarquías, desigualdad y opresión, e incluso algunas formas de autonomía femenina.

Antiguamente, la dote funcionó como un mecanismo de diferenciación social al regular acuerdos matrimoniales y el acceso de las mujeres a la vida religiosa, sustentándose en el orden patriarcal. Fue un capital simbólico que promovió relaciones de poder, prestigio y desigualdad. En este sistema colonial, las mujeres ocuparon un lugar subordinado en la administración de su patrimonio. Y, si bien existieron estrategias femeninas para la gestión autónoma de sus bienes, las mujeres privilegiadas también reprodujeron desigualdad y explotación sobre otras personas, desde su posición de poder económico a través de la dote.

Si bien en la actualidad la dote ya no está vigente como requisito para ingresar a la vida religiosa, en esta exposición, se propone una mirada crítica a este sistema a partir del análisis de expedientes de dotes monacales de las monjas Carmelitas Descalzas de Quito, entre los siglos XVII y XVIII.

El propósito de esta muestra es reflexionar junto a las y los visitantes sobre las formas de autonomía que las mujeres religiosas han construido históricamente en contextos de desigualdad, reconociendo cómo estas estuvieron determinadas por el estatus y el prestigio social. Asimismo, busca visibilizar las estrategias actuales de autogestión y trabajo colectivo con las que las hermanas carmelitas sostienen hoy su vida en comunidad, dando continuidad a una larga historia de resiliencia y agencia femenina.